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20 septiembre, 2022

EN EL ANIVERSARIO DEL VOLCÁN DE LA PALMA, EL SECTOR PLATANERO DEMANDA RECUPERAR SU CULTIVO

En el primer aniversario de la erupción del volcán Cumbre Vieja de La Palma que se celebrará el próximo 19 de septiembre, el sector platanero denuncia la necesidad de recuperar sus plantaciones y así poder volver a cultivar las más de 500 Ha de cultivo platanero que arrasó la lava, aisló o dejó sin acceso y riego.

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La Palma, septiembre de 2022.- De los más de 400 millones de Kg comercializados por Plátano de Canarias en 2021, el 32% correspondió a la isla de La Palma, donde el 19 de septiembre del año pasado erupcionó durante 85 días el volcán Cumbre Vieja, que dejó sin viabilidad 500 ha, de las cuales, 217 pertenecen al cultivo del plátano.

 

Desde entonces, los 5.300 productores de Plátano de Canarias que hay en La Palma- de un total de cerca de 8.000 en Canarias – reclaman de forma conjunta la recuperación de los terrenos afectados para poder asegurar el restablecimiento total del cultivo de plátano de la isla y la fuente de ingresos de todos los damnificados. La Palma es la isla del Plátano de Canarias por excelencia, siendo el motor social y económico de la isla y su situación afecta al sostenimiento de la actividad a nivel regional.

 

La Palma exportaba una media de 140 millones de kg anuales de plátanos, dando empleo a miles de personas de forma directa o indirecta, con labores que van desde la propia producción hasta el transporte del producto. Entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 la pérdida de producción supuso más de 53 millones de kg en relación con la media de los últimos diez años.

 

En la actualidad y tras un año de la erupción del volcán, existe un reto jurídico que abordar ya que, por una parte, los terrenos sepultados siguen perteneciendo a sus legítimos propietarios, aunque se haya modificado su morfología y, por otra, estos siguen manteniendo su clasificación urbanística como suelo rústico de producción agraria y la demanda es que así siga siendo para preservar el potencial económico de dicho terreno. Es decir, la lava debe ser transformada en suelo apto para el cultivo.

 

A la hora de valorar la situación del sector en La Palma, a día de hoy se hace necesario distinguir entre 2 tipos de zonas: aquellas que quedaron aisladas entre coladas o sin acceso de personas o servicios, como por ejemplo el riego, y, por otro lado, las que quedaron sepultadas por la lava.

 

Productores con cultivos sepultados, sin hoja de ruta ni plan de actuación.

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217 hectáreas, con cerca de 600 familias productoras y otros tantos empleos, quedaron sepultadas por un mar de lava que dejó sin medio de vida a todos ellos. Un año más tarde, estos productores se mantienen con las ayudas percibidas para compensar la fruta perdida entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 y las ayudas comunitarias POSEI, con las que ya contaba.

 

Esta situación a corto plazo, sin embargo, debe ser significativamente reforzada. Concretamente, el sector requiere para ellos, en primer lugar, asegurar sus ingresos de fondos comunitarios hasta el año 2025 y siguientes para todos aquellos que se comprometan con la recuperación del cultivo en la isla. Segundo, finalizar la valoración urgente de las propiedades de origen de todos ellos, tanto a efectos indemnizatorios por la pérdida como para la replantación de los terrenos, ya que, a día de hoy, ninguno de ellos ha percibido ningún tipo de compensación por la pérdida de materiales e instalaciones que tuvo ya hace un año. Tercero, la regulación concreta de un plan de ordenamiento, reparcelación y ejecución de obras para la recuperación de los terrenos perdidos.

 

Además de esto, un año después de la erupción del volcán, la situación anímica de los plataneros y en general de los afectados hace mella de forma profunda. Su medio de vida ha sido sesgado drásticamente y la previsión de recuperación no termina de vislumbrarse. En numerosos casos sus plantaciones aluden a sus raíces familiares, cultivos que han sido trabajadas de generaciones en generaciones y que gracias a la acción de la naturaleza y la pasividad en cuanto a los planes de recuperación producen un desánimo generalizado entre los plataneros.

  

Plan de ordenación de la superficie mediante abancalamiento

 

A pesar de la complejidad para solucionar esta situación, ASPROCAN (Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano) presentó en junio de este año en nombre de los productores de Plátano de Canarias un plan de recuperación caracterizado principalmente por una ordenación de la superficie afectada mediante el abancalamiento de la misma.

 

Esta disposición en terrazas, además, permitiría un mayor aprovechamiento de la superficie, mejor adaptación natural al terreno, un diseño más eficiente de viales y bancales de cultivo. En definitiva, el espacio ocupado por la lava obliga a reordenar el espacio, creando, además, accesos, infraestructuras y conexiones básicas. Para ello, el platanero, a través de los canales de los que dispone el sector, pide participar e involucrarse, aportando su conocimiento y experiencia.

 

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La Consejería insular y el sector vienen tratando estas cuestiones con regularidad pero, sin duda, los tiempos de ejecución de la administración pública son claramente insuficientes. La desesperación de los productores afectados es creciente y un año más tarde solo puede verse respondida por acciones concretas que combinen, de manera más eficiente, la necesidad de corto plazo, con un horizonte que también necesitan sus familias a largo plazo.

 

Hasta que se acometa un plan de esta envergadura que realmente les devuelva su medio de vida y recupere el sector, los productores plataneros han recibido ayudas directas por las pérdidas de renta total o parcial de la producción (aprox. 14MM€), para la recuperación de infraestructuras de cultivo afectadas, no sepultadas, (816k€ – Plan de Desarrollo Rural PDR) y asistencia a las empresas comercializadoras (4MM€).

 

Desde el sector se espera un drástico descenso en la previsión de kg comercializados por Plátano de Canarias para este 2022 debido a las consecuencias de la erupción y la imposibilidad del restablecimiento de la actividad agrícola de los productores de plátano 12 meses después de la actividad volcánica.

 

Según Domingo Martín, presidente de ASPROCAN: “Nuestra prioridad indiscutible en este 2022 es la recuperación del cultivo en La Palma, y estamos volcados en trabajar y colaborar con todas las instituciones para que todos los agricultores afectados puedan recuperar su medio de vida.” La presentación de este plan de ordenación territorial y la demanda continua a organismos competentes tanto locales como nacionales, han marcado el trabajo de ASPROCAN durante este año post-erupción y los continuarán haciendo hasta que se logre la recuperación total del cultivo equivalente al anterior a la erupción de Cumbre Vieja.

 

La Palma, la isla platanera

 

La Palma es la isla del Plátano de Canarias por excelencia. No solo por su relevancia insular, pues este cultivo es evidente motor social y económico de la isla, sino también por su contribución al sostenimiento de la actividad del sector a nivel regional. El número de productores en La Palma alcanza los 5.300 de un total de 7.335 en Canarias, su superficie total de cultivo llega a las 2.747 hectáreas sobre las 8.666 hectáreas que existen en la región, y su volumen medio de producción representa el 32% de la producción total de Canarias, la cual, además, va destinada prácticamente en su totalidad a la venta en la Península, donde ha contado con un merecido reconocimiento, ahora puesto injustamente en tela de juicio.

 

Estas cifras se traducen en una capacidad tractora tanto para el empleo como para mantener un necesario equilibro que compense las importaciones imprescindibles en una isla afectada por su doble insularidad, fuertemente dependiente del exterior para el consumo de productos y servicios.

 

En lo referente al empleo, no sería posible que La Palma exportara una media de 140 millones de kg anuales sin que aparejado a ellos estuviera la dedicación de miles de personas que, de forma directa o indirecta, cubren desde la producción hasta el transporte del producto. Una cifra muy relevante, especialmente cuando miramos a los municipios afectados directamente por la lava, como, por ejemplo, Los Llanos de Aridane, donde la actividad platanera alcanza (o alcanzaba) el 25% del empleo del municipio. En el caso de la balanza comercial, basta sólo con señalar que el plátano aporta a la isla de La Palma una cuantía superior a los 135 millones de euros anuales en ingresos provenientes del exterior. Una fuente de ingresos de difícil sustitución.